¿Qué es mindful eating?

Por alimentación con atención plena, o alimentación basada en consciencia plena y compasión (mindful eating) nos referimos al cultivo de atención plena, discernimiento, bondad amorosa y compasión en nuestra relación con la comida, la alimentación, el autocuidado y nuestro cuerpo.

Significa abrazar un enfoque amoroso, de respeto, al nutrirnos y cuidar de nosotras en un sentido más amplio, al mismo tiempo que atendemos a las causas y condiciones que generan sufrimiento en nosotrxs mismxs y en otros seres y cultivamos una forma de estar en el mundo que contribuya a la liberación colectiva.

Incluye:

1) Prácticas contemplativas como meditación, consciencia somática, movimiento consciente

y

2) Prácticas cotidianas (incluyendo prácticas con comida), a través de las cuales ponemos atención deliberada y curiosa en la observación de todo lo que influye en nuestras elecciones y experiencias en torno a la comida y la alimentación.

Indagamos y cultivamos discernimiento en torno a:

  • cómo escogemos qué comer, dónde, cuándo y cómo comemos;
  • qué está ocurriendo dentro de nosotrxs y a nuestro alrededor, y cómo influye esto en nuestra relación con la comida;
  • nuestras creencias, emociones y hábitos mentales en torno a la comida y a nuestro cuerpo;
  • el contexto y los patrones sociales y culturales que condicionan estos pensamientos, creencias, emociones y hábitos;
  • experiencias e historias de trauma que tienen un impacto en nuestra relación con nosotrxs, la comida, nuestro cuerpo y el mundo a nuestro alrededor.

A través de la práctica de alimentación consciente, podemos gradualmente disminuir el volumen de las voces internas que nos critican, juzgan y exigen, nos liberamos de la vergüenza corporal y sanamos las heridas que experiencias de trauma han dejado en nuestra relación con la comida. Se abren posibilidades de disfrute, de alegría, de presencia.

Nos familiarizamos con el respeto corporal y reclamamos nuestra soberanía corporal.

Liberamos la energía que estaba atrapada en pelearnos con nuestro cuerpo y con ciclos de dieta y atracones para dedicarla a relaciones y proyectos que son importantes para nosotrxs.

¿De dónde surgió esta práctica?

La práctica de alimentación con consciencia plena y compasión tiene sus raíces en la tradición budista, y aplica los principios de la psicología (teoría de la mente) budista y una mirada ética que reconoce nuestra interconexión en el camino hacia la liberación del sufrimiento de manera colectiva. Está arraigada en sabiduría de más de 2,500 años, que ha sido transmitida a través de distintos linajes y que se enseña tanto en contextos de práctica espiritual como en contextos seculares, honrando sus raíces éticas y atendiendo a nuestra interconexión. 

En esencia, mindful eating es una forma de nutrirnos y cuidar de nosotrxs arraigada en los principios del dharma (las enseñanzas del Buda, un camino ético de resguardo y de liberación).

Es importante resaltar que ponemos en acción estas enseñanzas de una forma sensible al contexto y de una forma que es respetuosa de las creencias espirituales/religiosas de cada persona.

Con el paso del tiempo, y a través de su enseñanza en el contexto occidental, ha ido incorporando e integrando evidencia científica (incluyendo la neurociencia de la motivación, la ciencia de la respuesta de estrés y la respuesta de relajación, la ciencia nutricional y de la regulación del peso, la comprensión de la corporalidad de las experiencias de trauma y los circuitos de regulación psiconeuroinmunoendocrinológicos), así como alineándose con otros enfoques que promueven un acercamiento basado en principios éticos de no hacer daño, una mirada sensible al trauma, una comprensión sistémica y feminista y de justicia en salud. 

¿Por qué hay un interés creciente en esta práctica?

Quizá el motivo por el que cada vez más personas están interesadas en aprender este enfoque es porque como individuos y como sociedad estamos despertando al hecho de que la cultura de las dietas, las reglas alimentarias y la moralidad atribuida a nuestros hábitos o tamaño corporal no nos están acercando a nuestro mayor deseo: tener salud y bienestar, estar felices y en paz.

Al contrario, la cultura de las dietas y los enfoques nutricionales centrados en el peso o en una definición estrecha de salud nos alejan de la conexión, la vitalidad, la paz y el gozo.

Tenemos una gran necesidad de prácticas que nos acerquen a una consciencia de nuestro valor y merecimiento intrínsecos, que nos conecten con nuestra corporalidad y nuestra experiencia encarnada desde la aceptación, el cuidado amoroso, el respeto y la compasión. 

Queremos recobrar una relación de confianza y libertad con la comida y reclamar nuestra soberanía corporal, experimentando cómo es nutrirnos honrando nuestros deseos y necesidades y al mismo tiempo incorporando el conocimiento de lo que mejor nos nutre.

Por otra parte, nos hacemos cada vez más conscientes de los obstáculos de acceso que muchas personas enfrentan (inseguridad alimentaria y marginación), de los discursos sociales opresivos que crean jerarquías de cuerpos (gordofobia, transfobia, racismo, clasismo, capacitismo) y buscamos prácticas que contribuyan a la sanación individual al mismo tiempo que promueven la justicia en salud.

Sana tu relación con la comida y con tu cuerpo.