En respuesta a múltiples versiones de esta lista con las que somos bombardeados en internet, te compartimos un texto escrito por June Lupiani, RDN, CSSD, de nuestras amigas de Green Mountain at Fox Run, traducido por Lilia Graue.
Para cualquiera que haya navegado la web, esto no necesita explicación. Todos lo hemos visto, el anuncio colocado del lado derecho de tu navegador, el que tiene la ilustración de ese indefenso plátano muy maduro que enmarca las palabras “5 Alimentos Que Nunca Deberías Comer.”
Es el mismo que aparece en tu feed de Facebook. Ése es el que me molesta más porque no sólo debo no estremecerme al verlo, sino que también tengo que ver cuáles de mis queridas amigas han mostrado su apoyo dándole ‘like’ a la página (o, como yo lo veo, caído víctimas a una treta de publicidad impulsada por el miedo).
¿Por Qué Este Concepto Está Tan Mal?
Así que se me ocurrió que, en vez de continuar alterándome, ¿por qué no divertirme un poco?
He estado pensando… ¿cómo se vería la versión de comer con atención plena de 5 Alimentos Que Nunca Deberías Comer? Por supuesto, no tenemos realmente una lista como ésta, ¡y nunca la tendríamos! Eso iría en contra de nuestra misión y valores. Así que, nuevamente, ésta es sólo por diversión.
Mi esperanza es tanto personal como profesional, que al escribir este post yo pueda soltar la frustración que albergo cuando veo estos anuncios y tú, la lectora, puedas comenzar a ver lo ridículo de estos anuncios.
1. Nunca Comas Comida Podrida
Una herramienta muy poderosa, especialmente al inspeccionar cosas en contenedores opacos como leche cortada, son tus papilas gustativas.
Así lo hacíamos en aquel entonces y es muy probablemente la razón de que nuestras papilas gustativas estén tan evolucionadas hoy en día. Viajábamos por la Madre Tierra, se nos atravesaba una fuente de alimento y probábamos un pequeñísimo bocado. Nuestras papilas gustativas entonces discernían el riesgo versus beneficio y entonces se tomaba una decisión de comerlo o dejarlo para los buitres (los buitres de hecho tienen un sistema digestivo mucho más avant-garde que el nuestro, uno que puede manejar alimentos podridos sin problema).
Las Excepciones…
· Alimentos ricos en probióticos como el kimchi y el chucrut
· El delicioso queso artesanal
· La riquísima carne añejada
· ¡Muchos productos de soya, incluyendo miso!
2. Nunca Comas Cosas Venenosas
La Excepción…
Fugu – Si en algún momento tienes oportunidad de comer Fugu, ¡hazlo! Pero no es probable que la tengas, porque sólo chefs certificados entrenados en concienzudamente quitar las partes venenosas tienen permitido prepararlo, y no nos atravesamos con esos chefs todos los días.
3. Nunca Comas Alimentos Cuyo Sabor Odias
Por ejemplo, podrías salir y comprarte una col rizada (kale) perfectamente buena y utilizarla en lugar de tu típica lechuga romana. Quizá hiciste esto porque… la col rizada es un “súper-alimento”. Pero, tristemente, una vez que pruebas tu primer bocado, te das cuenta de que el sabor está lejos de lo que tú encuentras satisfactorio y rico. Así que no te la comas. Nuevamente, tus papilas gustativas tienen un propósito, así que no trabajes contra ellas.
La Excepción…
Asegúrate de que sabes lo que estás haciendo con la comida o por lo menos ten la fortaleza de admitir que no sabes lo que estás haciendo, de manera que puedas buscar consejo de alguien que lo hace (p.ej. Julia Child).
Como Aventurera de la Comida (título auto-proclamado), me gusta decir “Probaré lo que sea, tres veces.”
Lo que me trae de regreso al caso de la col rizada. La historia previa es personal, la primera vez que la probé pensé que la odiaba porque no tenía idea de cómo trabajar con ella. No usas col rizada en lugar de lechuga romana (a menos que lo hagas y te guste). Así que intenta entender la comida con la que estás trabajando y prepárala de una forma que te sea disfrutable. Actualmente no sólo pico la col rizada y la hecho en un refractario, primero le doy masaje con aceite de olivo, limón y sal de mar, porque esto la hace deliciosa para mí.
4. Nunca Comas Alimentos a los Que Eres Alérgica o Intolerante
Si puedes ver una clara conexión entre consumir un alimento particular y cómo te sientes después, y esa sensación no es agradable, este alimento podría no caber en tu alimentación. Sin importar lo bueno que sea para otros, puede no ser para ti y esto está bien porque no hay un alimento único que contenga ingredientes esenciales que no puedas encontrar en otra parte.
Así que, si eres alérgica a los mariscos, hay otras buenas fuentes de ácidos grasos omega 3, así como si eres intolerante a los lácteos hay otras fuentes de calcio.
La Excepción…
La excepción a esta regla es cuando haces una excepción a esta regla. En otras palabras, puedes saber muy bien que no toleras los lácteos pero decides comerlos de cualquier manera. Hiciste un análisis cuidadoso de riesgo versus beneficio (adoptaste un enfoque consciente) y elegiste comerlo. Tú lo decidiste.
5. Nunca Comas Alimentos Sólo Porque Alguien Te Dijo
Uno de los escenarios que utilizo es éste– sales a comer en un restaurante que hace tu cheesecake favorito. Comiste tarde y no tienes mucha hambre. En realidad sólo quieres el cheesecake pero en vez de eso ordenas un plato fuerte saludable primero, salmón a la plancha con camote y verduras salteadas, y después pides el cheesecake de postre. Sales del restaurante REPLETA.
Piénsalo, ¿de qué quedaste repleta? Con frecuencia agrupamos los alimentos en 2 categorías, los buenos y los malos y, al hacerlo, si no comemos suficiente de los alimentos en la lista de los buenos, no estamos siendo buenas.
No reproduzcas la lista de alimentos buenos de alguien más,haz la tuya – y en esa lista incluye los alimentos que te hacen sentir bien. Eso es comer sanamente.