Elegir lenguaje apropiado, informado por trauma, libre de juicios o connotaciones negativas para describir el cuerpo de una persona y sus emociones y pensamientos en torno al tamaño de su cuerpo es complejo y puede ser incómodo. Aquí te ofrecemos una breve introducción con bibliografía adicional si te interesa aprender de este tema.

Desde un paradigma de inclusión y justicia en salud, liberación corporal, activismo gorde y aceptación de tallas, se busca recuperar el término “gorde” como un simple adjetivo, evitando utilizar las palabras “sobrepeso” y “obesidad” para referirnos al tamaño de una persona (más acerca de por qué no usamos estos términos abajo). Partimos de la premisa de que tener un cuerpo más grande no es inherentemente malo o patológico, sino parte de la diversidad humana, de manera que decir “gorde” simplemente describe el cuerpo sin ningún juicio, como decir “delgade”, “chaparre”, “alte”.

Entendemos, sin embargo, que la palabra “gorde” es un término estigmatizado que puede ser utilizada en sí misma como algo peyorativo y denigrante. Si tú vives en un cuerpo de mayor tamaño, esta palabra quizá ha sido utilizada como insulto o con una intención hiriente u hostil, y utilizarla detone en ti experiencias dolorosas. En aras del respeto al derecho de cada persona a elegir el lenguaje con el cual se refiere a su propio cuerpo, honrando el principio de soberanía corporal, por parte de Alimentación Conectada, en el espacio público solemos utilizar “cuerpos de mayor tamaño”. En el espacio de la consulta tenemos una conversación con cada persona, y somos muy respetuosas de los términos que cada persona elige utilizar para describir su cuerpo.

¿Por qué evitamos utilizar las palabras “sobrepeso” y “obesidad”?

Nos es muy importante honrar las voces de personas que viven en cuerpos gordos y muy gordos y que han señalado en diversos espacios el estigma que surge y se perpetúa a partir de los términos «sobrepeso» y «obesidad» y el constructo desde el discurso médico dominante al que apuntan. Creemos que esta razón es más que suficiente para elegir no usarlas, con la intención de no seguir perpetuando daño y estigma. 

Dicho esto, quizá te interese conocer un poco más acerca de por qué cada uno de estos términos es problemático.  

La palabra “obesidad”:

  • Etimológicamente implica que un cuerpo gordo es consecuencia de comer en exceso, lo cual no se sostiene con la evidencia;
  • Clínica y coloquialmente implica que el tamaño de un cuerpo es en sí mismo patológico y problemático. Puesto que muchas personas que cumplen con los criterios actuales de su clasificación en términos del IMC son metabólicamente (y en otros aspectos) sanas, el uso de dicha palabra para describir el tamaño de un cuerpo es inapropiado.

De igual manera, la palabra “sobrepeso” implica que para todas las personas existe un peso óptimo y conocido con un punto de corte universalmente válido que esa persona excede, y por consiguiente que todas las personas deberían existir debajo de una línea definida de manera arbitraria. Da a entender también que todas las personas por encima de esa línea arbitraria están enfermas o vivirán menos. La evidencia científica no respalda esta premisa, por lo cual el término es también inapropiado.

Pero, ¿y el Índice de Masa Corporal? 

El IMC se creó como medida estadística poblacional, no con la intención de ser marcador de salud de ningún individuo, y la ciencia no respalda el que sea un indicador confiable de salud individual. Los puntos de corte para la creación de categorías de “peso normal / saludable”, “sobrepeso” y “obesidad” son arbitrarios (y adicionalmente se definieron involucrando intereses económicos de la industria farmacéutica y de la industria de dietas), y han variado significativamente con el tiempo. 

Habrá momentos en los que quieras referirte a los hallazgos de investigación o clasificaciones basadas en los puntos de corte de acuerdo con el Índice de Masa Corporal (IMC), y en estos casos puedes hacerlo especificando el rango exacto de IMC (p.ej. 20-25, etc.).

Quizá te parezca que tú puedes usar los términos sin una connotación negativa, de juicio o de vergüenza; con frecuencia en las profesiones de salud asumimos que son términos «neutros». Tal vez tú genuinamente creas que lo son, pero puesto que vivimos en una cultura medicalizada y gordofóbica, solo podrían ser neutros si los cuerpos gordos fueran considerados igual de válidos y valiosos que los cuerpos delgados y el discurso médico no fuera considerado jerárquicamente superior a la experiencia vivida de las personas. En cualquier caso, quizá quieras preguntarte qué es más importante: usar los términos que a ti te parecen «correctos» o «neutrales» u honrar las voces de quienes viven en cuerpos más marginados y estigmatizados y están desafiando el paradigma médico dominante centrado en el peso, contribuyendo así a un cambio de paradigma en aras de equidad y justicia, recordando que el primer principio ético en salud es no hacer daño.

En palabras de Lucy Aphramor, rechazamos los términos “sobrepeso” y “obesidad” porque: “No estoy trabajando por un mundo sin gente gorda. Estoy trabajando por un mundo con una diversidad de cuerpos, en donde a nadie se le prive de comida, compañía o dignidad – o cuidado de salud equitativo.”

 

Algunas referencias si estás interesadx en aprender más:

Aphramor L. Terms of belonging: Words, weight and ethical autonomy. NHDmag. 2018; 131: 41-45. https://lucyaphramor.com/wp-content/uploads/2018/02/NHD-Feb-2018-Obgobbing.pdf Disponible en español en https://alimentacionconectada.com/wp-content/uploads/2020/10/aphramor_2018_terminos_de_pertenencia_peso_autonomia_etica.pdf 

Bacon L. El manifiesto del cuerpo. 2017. https://alimentacionconectada.com/wp-content/uploads/2018/04/manifiesto-del-cuerpo-LB.pdf

Berman MI. A Clinician’s Guide to Acceptance-Based Approaches for Weight Concerns: The Accept Yourself! Framework. Nueva York, NY: Routledge; 2018.

Bacon L, Aphramor L. Body Respect: What Conventional Health Books Get Wrong, Leave Out, and Just Plain Fail to Understand about Weight. Dallas, TX: Benbella Books, Inc.; 2014.

Devlin, K. Do you believe in fairies, unicorns, or the BMI? Disponible en: https://www.maa.org/external_archive/devlin/devlin_05_09.html 

Meadows A, Daníelsdóttir S. What’s in a word? On weight stigma and terminology. Front Psychol. 2016; 7: 1527. doi:10.3387/fpsyg.2016.01527

Pearl RL, Puhl RM. Weight bias internalization and health: a systematic review. Obes Rev. 2018. doi: 10.1111/obr.12701

Piñeiro Bruschi M. Gordofobia y las Panzas Subversas. Madrid, España: Editorial Zambra-Baladre; 2016.

 

Acerca de la autora:

Lilia Graue es médica, psicoterapeuta, instructora certificada de Alimentación Basada en Mindfulness y Compasión. Es pionera en el ámbito de alimentación consciente y cuidado con enfoque inclusivo de todos los cuerpos en el mundo de habla hispana. Fundó la Colectiva de Alimentación Conectada (antes Mindful Eating México®) y fungió como Vicepresidenta de The Center for Mindful Eating.