por Lilia Graue

Cada año, al acercarse enero, el canto de las sirenas de las industrias cosmética, de dietas y fitness está a todo volumen. Si estás trabajando en sanar tu relación con la comida y con tu cuerpo puedes sentirte tentada(o) por todos estos comerciales vendiendo esperanza, que dicen “puede ser distinto esta vez”. Pocos de nosotros somos inmunes, solo ve a Oprah, agh. Así que quiero compartirte la lista de 10 razones para NO enfocarse en tu peso este año que publicaron mis amigas y colegas Hilary Kinavey y Dana Sturtevant, de Be Nourished.

1. Muy probablemente no será distinto esta vez, y esto no es tu culpa. Las dietas fracasan porque no funcionan de manera sustentable con el tiempo.  Quizá estés pensando que no harás dieta (Solo voy a cuidar lo que como y ser sana(o)) pero si la pérdida de peso es la meta que buscas, o el indicador de si tienes éxito o no, simplemente te acercarás al cambio con una mentalidad de dieta.  Esta mentalidad, por diseño, da origen al perfeccionismo y promueve expectativas sobrehumanas. Participar en la cultura de las dietas alimenta la ilusión de que la pérdida de peso conduce a felicidad y salud. Honestamente, para la mayoría de las personas, la pérdida de peso solo tiende a conducir a más preocupación acerca de la recuperación de peso.

body-measuring-tape2. Cuando tu dieta fracase y te decepcione, puedes terminar en un ciclo de culpa, comparación y desconexión de ti misma. El estrés personal que se deriva de una falta de aceptación de tu cuerpo puede colarse a todos los demás aspectos de tu vida y afectar tu sentido de eficacia. Este proceso es insidioso. La mente de dieta causa estrés, un diálogo interno crítico y cruel y dolor. Este año, pongamos la culpa en donde toca, en la mentalidad de dieta.

3. Tu cuerpo no es un problema a ser arreglado – es el vehículo de tu vida, y considerarlo como una cosa separada de ti, un problema, o algo que genera asco y rechazo puede resultar en un tipo de desconexión que interfiere con tu capacidad para escuchar su sabiduría. Necesitas a tu cuerpo. Tu cuerpo no miente.  Lo habitarás durante toda tu vida, y confiar en él es tu derecho.

4. El efecto más consistente de los esfuerzos por perder peso a dos años es aumento de peso. De verdad. La mayoría de las personas que hacen dieta para perder peso recuperan lo que perdieron y otro tanto. No eres tú. Y puede ser útil saber que los ciclos de aumento y pérdida de peso son mucho más dañinos para tu cuerpo y tu salud que mantenerte de manera estable con un peso alto.

5. La mentalidad de dieta no toma en consideración nuestro bienestar emocional en el proceso de buscar un menor peso. Con frecuencia no notamos que cuando creemos que “más delgada(o) es mejor” estamos menospreciando la belleza y el valor intrínseco de cada ser humano en su hermosa diversidad. Odiar nuestros cuerpos y condicionar nuestro amor a un cierto peso o talla inadvertidamente respalda una serie de ideales que han sido establecidos por industrias que quieren venderte cosas. A menos que cambiemos nuestro foco, continuaremos perpetuando el daño, desconsideración y restricción vital que la cultura de la delgadez promueven para futuras generaciones. Nosotros somos quienes podemos cambiar esto.

6. Al iniciar una dieta nueva estableces un ciclo predecible de entusiasmo y emoción inicial (la fase de luna de miel), seguidos de hambre, antojos, preocupación, miedo, comer reactivo (“romper la dieta”), enojo contigo misma(o) y vergüenza. Y luego lo repites una y otra vez. El ciclo no se romperá o terminará cuando logres tu peso meta. La única manera de salir de este ciclo es acercarte a ti misma(o) con la amabilidad y respeto con que te acercarías a cualquier persona que ha luchado y sufrido algún daño como resultado. Es desde este lugar de reconocimiento que puedes sanar y seguir adelante.

7. La lucha por perder peso no es una forma eficaz de “cuidarte”. El estrés crónico y la insatisfacción corporal influyen en tu salud. Sentirte insatisfecha(o) con tu cuerpo perpetúa una forma de estar que no promueve tu salud. La vergüenza por la gordura en nuestra cultura culpa a los individuos y sus conductas de salud como la principal causa de tener un cuerpo de mayor tamaño, sin considerar todos los demás factores que influyen en el peso y la salud, incluyendo aspectos genéticos, ambientales y el estigma sufrido como consecuencia del peso.

8. “Cuidar” tus calorías y restringir alimentos con el objetivo de controlar tu peso no es compatible con la búsqueda de salud, sino que se asocia con conductas alimentarias alteradas (también llamadas conductas alimentarias de riesgo) y trastornos alimentarios. Restringir tu alimentación es un factor causal de atracones. Y esto ocurre en personas de todas las tallas. Nuestros cuerpos tienen mecanismos de regulación poderosísimos, que han evolucionado a lo largo de miles de años para garantizar nuestra supervivencia. Podemos aprender a confiar en nuestras señales de hambre y saciedad como guía, recobrando la confianza en nuestro cuerpo y regresando a la apreciación más primaria que surge del respeto por todo lo que nuestro cuerpo nos da día con día, sin importar cómo lo tratemos.

9. Muchas cuestiones de salud pueden mejorar sin modificar tu peso o tu índice de masa corporal (IMC) (por cierto, si quieres consultar un nuevo IMC mucho más útil, consulta este blog al respecto).  Todos los cuerpos se benefician de un cuidado amoroso, que incluye nutrirte y moverte de manera gozosa, tener suficiente descanso y sueño y aprender herramientas eficaces para el manejo de estrés. La estigmatización por el peso nos hace daño a TODAS las personas. ¿Tiene sentido, no? Un simple cambio en foco de estar centrados en el peso a centrarnos en un autocuidado bondadoso y compasivo, neutral con respecto al peso es profundamente sanador.

10. Cerca de 40% de los propósitos de Año Nuevo tienen que ver con perder peso (y quizá nos estamos viendo conservadoras) y más del 90% fracasan. Esto significa que muchísimo dinero (miles de millones) está siendo destinado a una industria que no tiene ningún dato que la respalde. De hecho, esta industria depende de consumidores que regresan una y otra vez. Y ya conoces la definición de locura, ¿no? Hacer lo mismo una y otra vez, esperando resultados diferentes. Nuevamente, el problema no eres tú, es la cultura y la industria de las dietas. Así que este año quizá quieras intentar algo diferente en vez de esforzarte más en lo mismo, porque muy seguramente te has esforzado más en esto que en prácticamente cualquier otra cosa en tu vida. Sí hay una salida, pero no la encontrarás en la industria de la pérdida de peso. La encontrarás cuando te deshagas de tu báscula y regreses a habitar tu cuerpo.

Hand on belly

Mi deseo para ti este año es que cuides de tu cuerpo desde adentro, honrando su sabiduría y sus necesidades. Haz de lado los pensamientos acerca de tu peso y enfócate en vivir la vida que quieres. Es radical buscar salud desde una postura neutral con respecto al peso, pero ¿no es lo que más sentido hace?

Que tengas un 2017 lleno de paz, bondad, auto-compasión, gozo y salud.

P.D. Si se te antoja cultivar una intención distinta y explorar prácticas para salir del ciclo de las dietas y sanar tu relación con la comida y con tu cuerpo, ¡únete al Reto! Comenzamos el 9 de enero. Es 100% en línea, podrás unirte a una comunidad de apoyo y es una deliciosa forma de arrancar el año. Consulta más información y regístrate aquí.